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60 ALCAUCÍN: LAS LEYENDAS DE ZALÍA

martes, 1 de junio de 2010

Alcaucín de leyendas. Reinas árabes y héroes míticos, ninfas enamoradas. Alcaucín de montañas recias y macetas delicadas, arriates floreados, calles estrechas, rincones umbríos. Alcaucín de fuentes de cinco caños y agua titilante, rumorosa y cristalina, fresca. Alcaucín bajo La Maroma. Alacaucín paso obligado al Boquete de Zafarraya, balcón privilegiado sobre La Viñuela. Alcaucín de Ulises y de Calipso enamorada, de Zalía perfumada, del nazarí sorprendido y capturado. Alcaucín.

El paisaje y la leyenda

Alcacín señorea sobre esta singular zona de la Axarquía, presidida a la derecha por el impresionante tajo del Boquete de Zafarraya y a la izquierda por la lámina d agua que forma el embalse de La Viñuela. Un horizonte salpicado por las motas blancas que son las fincas, cortijos y alquerías entre los campos trufados de olivos. Serpenteamos por la carretera, dejando que el paisaje se abra a nuestra izquierda. Contemplamos la Mesa de Zalía en todo su esplendor, una meseta rocosa, con forma perfectamente trapezoidal y sobre la que se embosca la leyenda. Y es que se cuenta que en esa Mesa de Zalía y el castillo que la precede pudo ubicarse la mítica Odyscia, patria de la ninfa Calypso que recogió a un agotado y desastrado Ulises en su interminable regreso a casa. La ninfa curó sus heridas dulcemente, lavó sus ropas con arrobo y amó tanto al héroe de Troya que no le dejó marchar.
- "Si te quedas conmigo te ofrezco la inmortalidad"
- "Deseo volver a mi hogar, a Ítaca"
- "¿Es Penélope mejor que yo?"
- "Claro que no. Tú eres una diosa. Eres mucho mejor que ella. Pero Penélope es mi hogar, es mi vida".
Esto cuenta la leyenda, los apuntes históricos señalan que en la Mesa de Zalía pudo hallarse la fenicia Zángara, aunque no existen pruebas documentales de ello, lo que sí está claro es que la fortaleza fue ocupada por los árabes y, posteriormente, por los cristianos.

Llegada y desayuno

Llegamos pronto en la mañana, al momento de los desayunos, de los primeros quehaceres cotidianos, de los primeros ajetreos de la mañana. Se mueve el pueblo, la gente, el bullicio. Recomendamos estacionar el coche nada más rebasar un local que nos indica "Punto de Información". A partir de ahí las calles se estrechan y se retuercen y el tráfico, al menos para los visitantes, se complica. Además, Alcaucín es un pueblo para ser caminado, para seré recorrido a pie, para disfrutar de sus callejas y de sus rincones en sombra, de sus perfumes, de sus balconadas que se asoman a la Axarquía. La oferta en restauración es muy destacada, nada más llegar nos reciben el restaurante Rancho Grande y el Restaurante Azafrán. Pero dada la hora de la mañana optamos por sentarnos al fresco, en la terraza del Café Bar Restaurante Enrique, donde pedimos 2 cafés con leche, 1 pitufo mixto y un pitufo bacón queso. Total 5, 60 euros.

La Fuente de los Cinco Caños

Desde el lugar en el que nos encontramos sentados nos llegan los trinos de los pájaros y el arrullo del agua que proviene de la fuente de los Cinco Caños, donde los alcaucineños acuden a llenar enormes botellas de cinco litros de agua fresca para su consumo personal. Y gestos más sencillos: Una mujer de cierta edad sujeta con su mano izquierda en el pecho su camisa, con la derecha se apoya en la pared, se agacha levantado levemente el pie izquierdo y bebe, directamente, un buen trago de la fuente. Sobre los cinco caños, protegidos por un pequeño soportal de cuatro columnas con arcadas de medio punto, decora la pared una solería de tonos cobrizos que refulgen con la luz del sol. Los alcaucineños aseguran que de esta fuente no ha dejado de brotar jamás el agua, ni tan siquiera en los tiempos de la más feroz de las sequías.

El ayuntamiento y la iglesia

Dejamos atrás la fuente, donde su poderosa atracción nos ha obligado a refrescarnos, y caminamos hacia adelante, hasta una bifurcación. Si tomamos la dirección izquierda iremos a la plaza de la Constitución, donde se encuentran el ayuntamiento y la iglesia. Si tomamos el camino de la derecha llegaremos hasta la plaza de Salía, donde hoy, por ser sábado, hay barato, mercadillo. Tomamos el camino de la izquierda. Rebosan las flores en las macetas, geranios, violetas, margaritas... Llegamos así hasta la plaza de la Constitución, donde el poder terrenal y el poder espiritual, ayuntamiento e iglesia, se sitúan colindantes, casi dándose una figurativa mano. La iglesia de Ntra. Señora del Rosario es de una sencillez arrebatadora. Junto al cuerpo central, una lámina de muro se eleva hasta formar una sencilla espadaña de dos ojos, de la que penden dos campanas de distinto tamaño. Fue construida en el siglo XVIII y consta de dos naves demarcadas por tres arcos de medio punto, la nave del evangelio destaca por su camarín con yesería rococó.

La ermita

Nos incorporamos a la calle Calvario con la intención de caminar hasta la ermita. Cuesta arriba, por las calles enredadas, más asusta acometer la subida que luego la realidad de hacerlo, ya que es una pendiente de cierta suavidad. Llegamos en aproximadamente diez minutos. Está situada en la parte más alta del municipio y desde aquí se contempla un paisaje singular definido por la mancha de agua de La Viñuela, el Boquete de Zafarraya y la Mesa de Zalía que como comenta Mª Ángeles Flores Cazorla en un tríptico informativo "parece que esté esperando a una multitud de comensales rodeada de un picacho y dándole alas a mi imaginación, podría ser ésta una de sus patas". La ermita de Jesús del Calvario se edificó en el siglo XVII es de planta cuadrada y su portada está constituida por un arco de medio punto descansando sobre pilastras.

La plaza Salia y el camino al castillo

Descendemos, y al llegar al primer llano, tomamos una serie de escaleras a la izquierda. Escaleras que nos conducirán hasta la plaza de Salia. Sentados en uno de los bancos situados en los flancos se observa el nido de águila de Comares a la izquierda y el caserío blanco de Colmenar a la derecha. Los alcaucineños decoran sus casas con profusión de colores, a base de arriates y macetas, sin una concesión excesiva a las alharacas, propio de un lugar recio y sencillo. No podemos olvidar que Alcaucín está situado en la sierra de Tejeda, a las faldas de La Maroma, pico más alto de la provincia de Málaga con 2.065 metros de altura, hecho que les confiere cierto gusto por el resguardo y la sobriedad. Llegamos hasta la plaza para disfrutar del mercadillo. Antes de regresar al coche nos refrescamos de nuevo en uno de los cinco caños de la fuente. Fresca, cristalina, deliciosa, más ahora que comienza a apretar el sol. Para llegar al castillo de Zalía debemos salir del centro urbano de Alcaucín hasta cruzar el Puente de Don Manuel y tomar, en el acceso a la carretera principal, camino de Granada, hacia la derecha. Donde a unos dos kilómetros de curvas veremos una indicación a la izquierda.

El castillo de Zalía

La fortaleza de Zalía se sitúa como un baluarte ante la Mesa de su mismo nombre. En la antigüedad este era paso obligado para comunicar Vélez Málaga con Granada a través del paso natural del Boquete de Zafarraya. El castillo, por tanto, se encontraba en un punto geoestratégico de vital importancia. La fortificación toma el nombre de la reina Zalia, de la que se decía bajaba diariamente al río para bañarse. Cuenta Wikipedia que "En las noches de luna llena, esta reina mora bajaba a un pequeño estanque situado en la parte más cimera de la fortaleza, llamada La alberca de la reina mora. Una noche, un joven nazarí se acercó hacia la alberca, contemplando el baño de aquella mítica mujer. Mientras la veía sumergirse entre pétalos y nenúfares dentro del agua, fue sorprendido por un guardia y posteriormente fue conducido a La Cerca, donde vivió el resto de sus días recordando aquella mujer, con la piel luminosa, tersa y delicada. Según viejas tradiciones orales, La Cerca sería un antiguo penal, dependiente del castillo de Zalía, donde los musulmanes encerraban a sus enemigos". Quedan del castillo algunas láminas de sus murallas, coronadas por lo que fueron dos torres. Por la configuración de los restos parece que fue una fortaleza de tamaño medio. Las vistas desde aquí (aunque no hay un camino habilitado hasta los restos y la maleza está algo alta) son espectaculares. Se domina el pantano de La Viñuela al frente, a la izquierda el caserío de Alcaucín y La Maroma, la barriada de los Romanos en frente y sobre ella, Comares; a la derecha, Colmenar y todas las suaves lomas que se presentan a nuestra vista, salpicadas de casas, cortijos, alquerías... Por cierto que en las inmediaciones del castillo hay un conjunto de Alojamientos Rurales dignos de ser visitados: Conjunto Rural Castillo de Zalía.

Despedida

Aquí, donde el paisaje resulta embriagador, cerramos los ojos y dejamos que con la brisa suave se mezclen realidad y ficción... Acuden a nuestros oídos los susurros de la ninfa Calypso y de su amado Ulises, nos deleitamos ante la belleza singular de la reina Zalía después de su baño embriagador, situamos la Tángara fenicia entre estos muros y dejamos que la leyenda y la historia convivan por un instante entre las ruinas de este castillo, que desde su posición tanto observó. Ahora hay silencio. Ulises ha marchado en busca de Ítaca.

Enlaces de interés y consejos turísticos

Senderismo: Al estar situado en la Sierra Tejeda, Alcaucin ofrece múltiples posibilidades. Una de las que ofrece la página web municipal es la de Sierra del Alcázar. "Paraje situado en plena Sierra Tejeda, paso obligado en algunas de las que rutas a pie se dirigen al pico de la Maroma, con excelentes instalaciones para poder acampar. Se trata de una zona de acampada, ubicada en la orilla del río Alcaucín. Las pequeñas cataratas que se forman en los primeros metros del cauce de este arroyo y la espesa vegetación que lo rodea son algunos de los atractivos naturales de este coqueto rincón. Llama la atención la impresionante garganta que abre este arroyo metros más abajo, antes de llevar sus aguas hacia el cercano pantano de La Viñuela. La mejor forma de contemplar este cañón natural es acercarse al mirador habilitado junto al camino. Desde allí se pueden ver las bellas formas que ha creado la erosión sobre las zonas más rocosas tanto del cauce del río como de las zonas montañosas que lo rodean". En la misma web municipal nos ofrecen también otras alternativas: Alcaucín.es.
Ruta del aceite y de los montes: Alcaucín forma, junto con Riogordo, Colmenar, Alfarnate, Alfarnatejo, Periana y La Viñuela, la Ruta del Aceite y de los Montes.
Enlaces de interés: Tomamos como referencia la página web del Patronato de Turismo de la Costa del Sol, la web municipal de Alcaucín y la de Axarquía Costa del Sol.

Este blog queda abierto a los comentarios, anotaciones, opiniones que los navegantes deseen realizar. Nos vemos en El Color Azul del Cielo.

3 comentarios:

Nekane dijo...

Otro despertar fresquito,ensoñador y rutilante.Alcaucín lleno de leyendas y con Los Cinco Caños que es una maravilla.
Con permiso de los del pueblo de Alcaucín(desconozco su gentilicio) hoy contaré a mil kilómetros más arriba la leyenda de Zalía.
Un abrazo

Anónimo dijo...

¡Qué esplendoroso cielo...!

fan de El Color Azul del Cielo dijo...

La supervisora de visitas os felicita a todos los viajeros y viajeras porque YA PASAMOS DE LAS 57000.
AUPA,Isra,que nos llevas por tan buen camino.